Educación y Homeopatía

La educación es en estos tiempos un tema de debates y replanteos. La información, el conocimiento acumulado y su oferta es de tal magnitud que uno de los problemas de la educación es ahora en qué enfocamos la atención y el tiempo del que disponemos.
La Homeopatía puede ayudar de múltiples maneras en distintos desórdenes vinculados con las capacidades cognitivas y del desarrollo, indispensables en el proceso educativo.

Sin duda la familia es la primera que enseña y marca en buena medida la impronta de cada ser.
Existe un valor implícito en este proceso que se inicia al nacer y no termina ni pasa necesariamente por la educación formal o curricular, sino que es parte esencial de la vida.

Aprender y enseñar van de la mano.
De acuerdo a cómo enseñamos depende en gran forma el cómo aprendemos e incorporamos o no la avidez y el deseo por el conocimiento.
Buena parte del potencial intelectual, del cual se dice que utilizamos entre un 5 a 10%, se desperdicia y atrofia, debido a sistemas educativos rígidos y anquilosados que achatan las posibilidades infinitas que poseemos como especie humana.

La Educación es esencialmente Comunicación. Y la comunicación es de ida y vuelta, con sus múltiples componentes. Además del contenido estrictamente intelectual, el mensaje lleva implícito una particular carga afectiva, de entusiasmo o de aburrimiento de quien enseña, clave para lograr la receptividad en el otro.
No es solo saber transmitir sino oir y ver donde está el otro, para captar cual es la mejor forma de establecer este contacto.

Cuando hablamos que el futuro es la sociedad del conocimiento, también está relacionado con un cambio de paradigma educativo, que indefectiblemente va desprendiéndose de antiguos patrones culturales autoritarios que impedían el desarrollo y liberación creativa del conocimiento.
Y así surge una palabra importante. Creatividad.
Recomponer la energía creativa en el acto de Aprender y de Enseñar es crucial.
Esto llena de sentido y entusiasmo una de las actividades mas nobles de la humanidad.
Un niño que no despierta su interés, NO DESPERTARÁ gran parte de su ser.

El componente afectivo es como señalábamos central en esta construcción.
Existe un fenómeno importante vinculado a la figura del docente, que también ha sufrido notorias distorsiones, el concepto de autoridad.
La autoridad real de un maestro no deviene del temor, sino del amor.

El amor con que el maestro enseña lo que sabe, es lo que despierta en los otros el respeto, que no es temor, sino reconocimiento y afecto.

La adquisición de disciplina, concentración, voluntad por sostener una actividad están así, de la mano de las anteriores condicionantes.
El esfuerzo, la tenacidad son aptitudes que se construyen cuando existe un sentido que los sostiene.
Si bien la educación resulta en la sociedad un medio para adquirir una herramienta de trabajo, tiene a la vez la posibilidad de transformarse en un camino de crecimiento.

En el mundo, no obstante, al igual que el hambre y las fuertes desigualdades, la educación ha sido y es un elemento restringido.
Existe un nudo gordiano en torno a la educación que refleja de alguna manera los conflictos de poder de una sociedad.
Los medios masivos como la televisión que podrían ser valiosas herramientas educativas, están abarrotados en su mayoría de programas de escaso contenido.

La creciente oferta y consumo de drogas es un indicador alarmante en la misma dirección.
Los estudiantes que se mofan o burlan de los profesores, los profesores que degradan a los alumnos, en eso se ha transformado en buena medida el ámbito educativo, en un campo de batalla.
En consecuencia hay que tomar “medidas”, especialmente disciplinarias que remedan el antiguo reglazo, ahora en ocasiones con métodos mas sofisticados de neutralizar la rebeldía.

La cultura actual del hiperestímulo lleva a la sobreexcitación y son los niños, los mas sensibles que sufren las consecuencias. Su inquietud, falta de atención, desconcentración, son señales claras que responden al mundo que les rodea y la imposibilidad de acotar y ordenar la oferta del supermercado de estímulos con que son bombardeados. “Toma esto, lo otro...”, la ingenuidad y frescura del niño le hace dar vuelta su cabeza y prestarle atención a las cada vez mas llamativas promociones.

Aquellos niños mas frágiles expresan los conocidos trastornos de atención con hiperactividad, etc, etc, cuando son seres que llegaron sanos a este mundo, con una particular sensibilidad que los hace en realidad los termómetros de lo que está sucediendo afuera.

A pesar de todo, la fuerza con que un niño se engancha y entretiene con un video juego, es una muestra suficiente para reconocer que la capacidad de atención está presente en él, aunque su rendimiento escolar resulte mediocre. Sucede que no se engancha con el menú de la escuela.


Los neurolépticos sedativos, indicados habitualmente también en las psicosis, “para bajar las revoluciones”, enlenteciendo no solo el campo de percepción sino la capacidad intelectual y agilidad mental, es un recurso habitual de la medicina dominante.

Otro recurso habitual de esta medicina es la administración de los promocionados derivados anfetamínicos como el metilfenidato y sucedáneos, fármacos que los adultos usan para sobreexponer su atención, rendimiento de estudio, trabajo, mejorar las inhibiciones sociales o dar coraje a los soldados en guerra, con sus posteriores resultados de agotamiento. En otras palabras, algo así como una cocaína legalmente aceptada.
“Un chaleco de plomo” cada vez mas pesado para evitar mas balas, parece ser la estrategia.
El hombre no ha podido poner freno a su guerra y a su carrera de ambición desmedida y es ahora el planeta, con una severa advertencia, el que está poniendo el límite.

En este complejo panorama ¿cuál es el planteo de la homeopatía?

El número de síntomas que contiene el repertorio homeopático es tan amplio, que incluye infinidad de síntomas vinculados a la atención, la memoria, el lenguaje, el razonamiento, los problemas psicomotrices, del desarrollo general, de conducta, etc.., pero hay algo mas importante a tener presente; todos estos síntomas de nada sirven por si solos si no existe una comprensión de conjunto, que implica integrar los distintos aspectos y síntomas mentales, emocionales y físicos en una totalidad que da la imagen del desequilibrio de la energía vital de cada paciente en particular.

El remedio homeopático que traduce ese peculiar desorden energético, estimula la capacidad resonante interna que cada individuo posee para su propia curación.
Esto despierta una fortaleza auténtica, fruto de la propia naturaleza de cada ser.

Es necesario reconocer que el problema de la educación es como la concepción homeopática, una comprensión de conjunto.
Abordar los problemas de aprendizaje, implica entonces reconocer al niño o adolescente en su circunstancia vital como un todo.

Debiera abordarse terapéuticamente también, los problemas del enseñar, y en este caso al docente concreto, como individuo, que a pesar de estar inserto en un sistema minado, puede ayudarse a rescatar lo constructivo y creativo de su persona y vocación.
La educación resulta así una faceta mas del Todo, en la que se expresa la dinámica de un complejo conjunto y es desde esta perspectiva, que la Homeopatía puede colaborar a su desarrollo.