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Samuel Hahnemann (1755-1843). Daguerrotipo tomado en Paris el 30/9/1841.


HOMEOPATÍA

La Homeopatía es una medicina basada en el Principio natural de la cura por lo similar.
Este principio natural curativo fue descrito por Hipócrates 4 siglos antes de Cristo, redescubierto y retomado por el médico alemán Samuel Hahnemann 2 siglos atrás.

Con una asombrosa capacidad curativa en todos los planos vitales, mental, emocional y físico u orgánico y en las mas diversas enfermedades, mentales y físicas.

La Homeopatía es una original y antigua comprensión terapéutica que integra al ser humano como una unidad vital en el marco de sus particulares circunstancias.






Medicina es cultura

Cada sociedad tiene también su medicina.
Cuando en oportunidades escucho hablar del auge creciente de la medicina alternativa, me pregunto, en realidad de qué se está hablando?

¿Si acaso del derrumbe de un sistema sanitario que no encuentra una salida a las necesidades de su población, con médicos multiempleados obligados a atender 10, 15 o 20 pacientes en dos horas?
¿O de lo poco que una consulta de 10 minutos promedio puede ofrecer?
¿O de la clase de vínculo terapéutico que puede establecerse en una estructura sanitaria tan despersonalizada?

¿O de lo paradójico entre el crecimiento de las especialidades médicas y la incapacidad del sistema para abordar al paciente en su conjunto, del que finalmente nadie se hace mucho cargo?

 ¿O de la dificultad en hacer una verdadera medicina preventiva y reconocer que la enfermedad se instala mucho antes de su expresión clínica manifiesta, a través de malestares diversos que el desorden de la energía vital va exponiendo en la percepción de cada paciente?

Bueno, la lista de preguntas podría seguir, pero no es la intención de esta breve reflexión.
Parece bastante lógico entonces que los pacientes cansados y decepcionados del trato que reciben, busquen una alternativa, una medicina alternativa que pueda ayudarlos de otra manera.

Pero por otra parte es bueno reconocer que el anhelo de un cambio no significa que estos nuevos pacientes, se hayan desprendido realmente de los patrones de la cultura de la medicina de la que provienen.


Será posiblemente difícil para muchos de ellos reconocer las diferencias en la comprensión que plantea la Homeopatía, catalogada como una medicina de alternativa, no porque sea complicada de entender sino por el arraigo que la medicina dominante ejerce en la cultura general.

De esta manera, que el paciente entienda de una forma simple conceptos como el de Supresión, Ley de Curación y Agravación pueden ser tan determinantes como el éxito o el fracaso de un tratamiento.
Para todo esto hace falta informar e informar, con la persistencia con que una gota de agua orada la piedra para llegar a lo profundo y no deslizarse solo en la superficie.
Al fin y al cabo entendamos, la medicina está profundamente arraigada en la cultura.

Aquellos mas interesados irán seguramente a profundizar en estos puntos esenciales y a la vez claros que plantea la Homeopatía, pero de todos modos haré una breve mención aquí.

Partamos de un ejemplo.
Resulta frecuente en estas épocas la automedicación con antialérgicos o la consideración de que se trata de una medida terapéutica sin mayor trascendencia, al punto que se promociona su venta libre y el rápido alivio de los síntomas.

Sin embargo, todas aquellas manifestaciones consideradas alérgicas, como la picazón, irritabilidad o secreciones de piel y mucosas, están lejos de ser algo banal, por el contrario son un importante recurso exonerativo del organismo, un intento de limpieza, de sacar hacia fuera las toxinas.
Este fenómeno queda inhibido por los antialérgicos, lo que lleva a que el organismo no pueda desprenderse de los desechos que empiezan a acumularse en su interior. En otras palabras, tapan pasajeramente el síntoma, barren pero guardan la tierra debajo de la alfombra.

Sucede así que en sujetos con distinta predisposición aparecen con el tiempo manifestaciones mas profundas generalmente crónicas. Todas las patologías crónicas tienen en general un detonante por el cual se despierta la enfermedad, entre ellos este fenómeno llamado Supresión.

La Supresión consiste entonces en la eliminación de un síntoma sin considerar la comprensión que ese síntoma tiene para la totalidad, que como en el ejemplo mencionado, tiene una intención exonerativa para el organismo, lo que lleva a la aparición posterior de manifestaciones mas profundas y serias.

La ley de Curación consiste en el Proceso Curativo que despierta el Remedio Homeopático y es precisamente opuesto a la Supresión.
Siguiendo el ejemplo planteado un paciente que con un Tratamiento Homeopático Correcto mejora una Patología Crónica, como el asma, reaparecerán luego probablemente de forma transitoria aquellas manifestaciones superficiales de piel o mucosas llamadas alérgicas como paso previo a la Recuperación Completa.
Este proceso se acompaña también de una Mejoría General y Mental, señal que como Recuperación genuina involucra al individuo en su conjunto.

La Agravación es una acentuación pasajera de algunos síntomas propios del paciente que puede suceder en ocasiones durante un Tratamiento Homeopático, que muestra como, por similitud, el Remedio estimula la energía vital promoviendo a partir de allí la Mejoría.

Alcanza simplemente con suspender las tomas del remedio, para que desaparezca la eventual agravación, ya que algunos pacientes son mas sensibles y no necesitan tantas dosis y lo principal, a partir de allí se restablezca la Salud.
Este fenómeno siempre es de carácter funcional y no conlleva riesgo ninguno para el paciente, por el contrario, cuando sucede es una Señal de Buen Pronóstico

Educación y Homeopatía

La educación es en estos tiempos un tema de debates y replanteos. La información, el conocimiento acumulado y su oferta es de tal magnitud que uno de los problemas de la educación es ahora en qué enfocamos la atención y el tiempo del que disponemos.
La Homeopatía puede ayudar de múltiples maneras en distintos desórdenes vinculados con las capacidades cognitivas y del desarrollo, indispensables en el proceso educativo.

Sin duda la familia es la primera que enseña y marca en buena medida la impronta de cada ser.
Existe un valor implícito en este proceso que se inicia al nacer y no termina ni pasa necesariamente por la educación formal o curricular, sino que es parte esencial de la vida.

Aprender y enseñar van de la mano.
De acuerdo a cómo enseñamos depende en gran forma el cómo aprendemos e incorporamos o no la avidez y el deseo por el conocimiento.
Buena parte del potencial intelectual, del cual se dice que utilizamos entre un 5 a 10%, se desperdicia y atrofia, debido a sistemas educativos rígidos y anquilosados que achatan las posibilidades infinitas que poseemos como especie humana.

La Educación es esencialmente Comunicación. Y la comunicación es de ida y vuelta, con sus múltiples componentes. Además del contenido estrictamente intelectual, el mensaje lleva implícito una particular carga afectiva, de entusiasmo o de aburrimiento de quien enseña, clave para lograr la receptividad en el otro.
No es solo saber transmitir sino oir y ver donde está el otro, para captar cual es la mejor forma de establecer este contacto.

Cuando hablamos que el futuro es la sociedad del conocimiento, también está relacionado con un cambio de paradigma educativo, que indefectiblemente va desprendiéndose de antiguos patrones culturales autoritarios que impedían el desarrollo y liberación creativa del conocimiento.
Y así surge una palabra importante. Creatividad.
Recomponer la energía creativa en el acto de Aprender y de Enseñar es crucial.
Esto llena de sentido y entusiasmo una de las actividades mas nobles de la humanidad.
Un niño que no despierta su interés, NO DESPERTARÁ gran parte de su ser.

El componente afectivo es como señalábamos central en esta construcción.
Existe un fenómeno importante vinculado a la figura del docente, que también ha sufrido notorias distorsiones, el concepto de autoridad.
La autoridad real de un maestro no deviene del temor, sino del amor.

El amor con que el maestro enseña lo que sabe, es lo que despierta en los otros el respeto, que no es temor, sino reconocimiento y afecto.

La adquisición de disciplina, concentración, voluntad por sostener una actividad están así, de la mano de las anteriores condicionantes.
El esfuerzo, la tenacidad son aptitudes que se construyen cuando existe un sentido que los sostiene.
Si bien la educación resulta en la sociedad un medio para adquirir una herramienta de trabajo, tiene a la vez la posibilidad de transformarse en un camino de crecimiento.

En el mundo, no obstante, al igual que el hambre y las fuertes desigualdades, la educación ha sido y es un elemento restringido.
Existe un nudo gordiano en torno a la educación que refleja de alguna manera los conflictos de poder de una sociedad.
Los medios masivos como la televisión que podrían ser valiosas herramientas educativas, están abarrotados en su mayoría de programas de escaso contenido.

La creciente oferta y consumo de drogas es un indicador alarmante en la misma dirección.
Los estudiantes que se mofan o burlan de los profesores, los profesores que degradan a los alumnos, en eso se ha transformado en buena medida el ámbito educativo, en un campo de batalla.
En consecuencia hay que tomar “medidas”, especialmente disciplinarias que remedan el antiguo reglazo, ahora en ocasiones con métodos mas sofisticados de neutralizar la rebeldía.

La cultura actual del hiperestímulo lleva a la sobreexcitación y son los niños, los mas sensibles que sufren las consecuencias. Su inquietud, falta de atención, desconcentración, son señales claras que responden al mundo que les rodea y la imposibilidad de acotar y ordenar la oferta del supermercado de estímulos con que son bombardeados. “Toma esto, lo otro...”, la ingenuidad y frescura del niño le hace dar vuelta su cabeza y prestarle atención a las cada vez mas llamativas promociones.

Aquellos niños mas frágiles expresan los conocidos trastornos de atención con hiperactividad, etc, etc, cuando son seres que llegaron sanos a este mundo, con una particular sensibilidad que los hace en realidad los termómetros de lo que está sucediendo afuera.

A pesar de todo, la fuerza con que un niño se engancha y entretiene con un video juego, es una muestra suficiente para reconocer que la capacidad de atención está presente en él, aunque su rendimiento escolar resulte mediocre. Sucede que no se engancha con el menú de la escuela.


Los neurolépticos sedativos, indicados habitualmente también en las psicosis, “para bajar las revoluciones”, enlenteciendo no solo el campo de percepción sino la capacidad intelectual y agilidad mental, es un recurso habitual de la medicina dominante.

Otro recurso habitual de esta medicina es la administración de los promocionados derivados anfetamínicos como el metilfenidato y sucedáneos, fármacos que los adultos usan para sobreexponer su atención, rendimiento de estudio, trabajo, mejorar las inhibiciones sociales o dar coraje a los soldados en guerra, con sus posteriores resultados de agotamiento. En otras palabras, algo así como una cocaína legalmente aceptada.
“Un chaleco de plomo” cada vez mas pesado para evitar mas balas, parece ser la estrategia.
El hombre no ha podido poner freno a su guerra y a su carrera de ambición desmedida y es ahora el planeta, con una severa advertencia, el que está poniendo el límite.

En este complejo panorama ¿cuál es el planteo de la homeopatía?

El número de síntomas que contiene el repertorio homeopático es tan amplio, que incluye infinidad de síntomas vinculados a la atención, la memoria, el lenguaje, el razonamiento, los problemas psicomotrices, del desarrollo general, de conducta, etc.., pero hay algo mas importante a tener presente; todos estos síntomas de nada sirven por si solos si no existe una comprensión de conjunto, que implica integrar los distintos aspectos y síntomas mentales, emocionales y físicos en una totalidad que da la imagen del desequilibrio de la energía vital de cada paciente en particular.

El remedio homeopático que traduce ese peculiar desorden energético, estimula la capacidad resonante interna que cada individuo posee para su propia curación.
Esto despierta una fortaleza auténtica, fruto de la propia naturaleza de cada ser.

Es necesario reconocer que el problema de la educación es como la concepción homeopática, una comprensión de conjunto.
Abordar los problemas de aprendizaje, implica entonces reconocer al niño o adolescente en su circunstancia vital como un todo.

Debiera abordarse terapéuticamente también, los problemas del enseñar, y en este caso al docente concreto, como individuo, que a pesar de estar inserto en un sistema minado, puede ayudarse a rescatar lo constructivo y creativo de su persona y vocación.
La educación resulta así una faceta mas del Todo, en la que se expresa la dinámica de un complejo conjunto y es desde esta perspectiva, que la Homeopatía puede colaborar a su desarrollo.